CAVERNICULA
Dug, humano y Hognob, jabalí, son los protagonistas de esta nueva
aventura de Aardman en la que dos civilizaciones, la de la Edad de
Piedra y la de Bronce, compiten por hacerse hueco en la historia
(mientras que por casualidad inventan el fútbol). Dug y Hognob tendrán
que ayudar a su tribu, sorteando con gracia y astucia múltiples peligros
y derrotando al malvado Lord Nooth para no perder su hogar.
Dug es un cavernícola de una tribu de la Edad de Piedra. Una civilización que se enfrenta a la llegada de unos invasores liderados por el moderno y malvado villano Lord Nooth, que pretende instaurar la Edad de Bronce. Con el objetivo de hacerse un hueco en la historia, competirán de la mejor forma que sus ancestros les enseñaron: con 'el juego sagrad'. Y es que, estos cavernícolas acaban de inventar accidentalmente el fútbol
es, quizás, la película más convencional y menos atrevida de la Factoría Aardman desde 'Chicken Run' (que ya era una película soberbia), lo que la pone en ese sentido por detrás de mayúsculas obras maestras como '¡Piratas!', 'La oveja Shaun', 'Wallace & Gromit: La maldición de las verduras' y los cortos más recientes de los personajes emblema de la casa. Y sin embargo... tiene un encanto, una adorable sencillez, un magnetismo difícil de describir y superior a prácticamente todo el cine de animación actual.
Es la innegable virtud de todo lo que sale de la factoría Aardman. Su meticuloso detallismo en el diseño de personajes, la deliciosa gestualidad de sus movimientos (resumida, cómo bien nos contó Nick Park, en movimientos de cosas tan sutiles como las cejas) y la corporeidad única que da el stop-motion con muñecos en general y la plastilina -en realidad, arcilla- en particular...
Nick Park, en su primer largometraje en solitario ('Chicken Run' está codirigida con Peter Lord y 'La maldición de las verduras' con Steve Box) resume todo lo que hace grande a Aardman, todas sus características marcas de fábrica. Como la devoción por el humor visual de gran sofisticación (aquí, el contexto del partido de fútbol es exprimido a fondo), los guiños a clásicos del cine (después de pasar por los hombres-lobo de la Hammer o el cine de piratas clásico, es el turno de, como el mismo Park define, ligar 'Gladiator' con 'Cuestión de pelotas') y el humor absurdo típicamente británico (la verbalización del choque entre Edad de Piedra y Edad de Bronce es hilarante).
No hay muchos peros que encontrar a 'Cavernícola', y sí muchas virtudes. La sutilidad e las "interpretaciones" rivaliza con actores de carne y hueso, y debería bastarse y sobrarse para dar carpetazo a la eterna lucha entre la animación tradicional y el CGI: cualquier producción de Aardman, pese a su aparente sencillez y ligereza, deja en evidencia la avalancha de ceros y unos hasta de las peliculas de Pixar más tiernas. Pero eso lo consigue 'Cavernícola'... y también el resto del cine de Aardman.
Dug es un cavernícola de una tribu de la Edad de Piedra. Una civilización que se enfrenta a la llegada de unos invasores liderados por el moderno y malvado villano Lord Nooth, que pretende instaurar la Edad de Bronce. Con el objetivo de hacerse un hueco en la historia, competirán de la mejor forma que sus ancestros les enseñaron: con 'el juego sagrad'. Y es que, estos cavernícolas acaban de inventar accidentalmente el fútbol
es, quizás, la película más convencional y menos atrevida de la Factoría Aardman desde 'Chicken Run' (que ya era una película soberbia), lo que la pone en ese sentido por detrás de mayúsculas obras maestras como '¡Piratas!', 'La oveja Shaun', 'Wallace & Gromit: La maldición de las verduras' y los cortos más recientes de los personajes emblema de la casa. Y sin embargo... tiene un encanto, una adorable sencillez, un magnetismo difícil de describir y superior a prácticamente todo el cine de animación actual.
Es la innegable virtud de todo lo que sale de la factoría Aardman. Su meticuloso detallismo en el diseño de personajes, la deliciosa gestualidad de sus movimientos (resumida, cómo bien nos contó Nick Park, en movimientos de cosas tan sutiles como las cejas) y la corporeidad única que da el stop-motion con muñecos en general y la plastilina -en realidad, arcilla- en particular...
Nick Park, en su primer largometraje en solitario ('Chicken Run' está codirigida con Peter Lord y 'La maldición de las verduras' con Steve Box) resume todo lo que hace grande a Aardman, todas sus características marcas de fábrica. Como la devoción por el humor visual de gran sofisticación (aquí, el contexto del partido de fútbol es exprimido a fondo), los guiños a clásicos del cine (después de pasar por los hombres-lobo de la Hammer o el cine de piratas clásico, es el turno de, como el mismo Park define, ligar 'Gladiator' con 'Cuestión de pelotas') y el humor absurdo típicamente británico (la verbalización del choque entre Edad de Piedra y Edad de Bronce es hilarante).
No hay muchos peros que encontrar a 'Cavernícola', y sí muchas virtudes. La sutilidad e las "interpretaciones" rivaliza con actores de carne y hueso, y debería bastarse y sobrarse para dar carpetazo a la eterna lucha entre la animación tradicional y el CGI: cualquier producción de Aardman, pese a su aparente sencillez y ligereza, deja en evidencia la avalancha de ceros y unos hasta de las peliculas de Pixar más tiernas. Pero eso lo consigue 'Cavernícola'... y también el resto del cine de Aardman.
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